Mentoría "Esencia"

Una mentoría 1:1 para descubrir exactamente a quién puedes ayudar hoy… y cómo hablarle con un mensaje claro que nace de tu historia.

Y no, no vamos a crear la típica fórmula del ‘cliente ideal’ inventando a alguien que ni siquiera existe. Vamos a reconectar con esa persona real a la que puedes ayudar hoy, con todo lo que ya sabes y desde tu propia historia.

Si estás intentando avanzar en tu proyecto, pero sigues confundida, no te queda claro a quién puedes ayudar y eso te frena…

Sientes que hablas en genérico, que tu mensaje no conecta, no se entiende… y tampoco te representa del todo.
Tienes ideas, formaciones, ganas —pero a la hora de hablar de tu servicio, te bloqueas, algo no cuadra.
Has hecho el típico ejercicio del “cliente ideal”, pero no te suena real… y, siendo honesta, todavía no tienes claro a quién ayudas de verdad.
Y así, entre dudas y vueltas, vas posponiendo eso que en el fondo sí quieres hacer. Como si faltara algo… y no supieras qué.

La raíz de todo proyecto es saber a quién le hablas. Pero no desde la mente, sino desde el alma.

¿Que pasa cuando conectas con esa persona que puedes ayudar hoy?

Conectas con la esencia de tu proyecto y dejas de posponer lo que sabes que quieres hacer.
Te sale contenido con más fluidez, sin dudar de cada palabra.
Ya no ofreces tu servicio con miedo a que no te entiendan — lo haces con confianza.
Tu mensaje conecta justo con quien lo necesita hoy, te reconcilias con tu voz, tu historia, lo que ERES.

Esta mentoría individual incluye:

✧ 2 horas (1:1) en vivo conmigo por Zoom.

✧ Plantilla para definir a esa persona que puedes ayudar hoy.

✧ Clase grabada para descubrir tu mensaje auténtico.

✧ 7 días para resolver dudas después de la sesión.

Inversión: 177 €

¿Quién soy yo?

Soy Farida, una mujer que por muchos años olvidó el poder de sus alas y encontró en el autoconocimiento, la espiritualidad y la organización, la fuerza para volar a su ritmo y en coherencia.

Durante años tuve muchas ideas, muchas ganas… y muy poca dirección.
Creé 4 proyectos que nunca me atreví a lanzar.
Ofrecía mis servicios sin confiar.
Accionaba desde el caos.

Hasta que entendí algo: no necesitaba sentirme lista ni formarme más, necesitaba más coherencia y orden.

Hacer lo que mi alma pedía, en vez de postergarlo, sabotearme y fallarme a mí misma.

Ya son más de 50 mujeres las que he acompañado a dejar de postergar lo que de verdad vinieron a hacer, y a avanzar desde su autenticidad. Lo hicimos con Brújula, mi método propio —el mismo que un día me dio alas a mí, y que hoy guía el camino de muchas.